sábado, 31 de octubre de 2015

ROMANCE DE SOL Y LUNA escrito por @el_mal_donado

ROMANCE DE SOL Y LUNA.

    En memoria de Marcela Gracia y Elisa Sánchez.

Esta historia sucedió en Galicia,
donde dos mujeres que se daban caricias;
Un cuento del siglo XIX con dos princesas
reales, pertenecientes a la clase burguesa.
Bella era Sol, morena azabache,
tanto como Luna, de piel como la leche.
Dos niñas que juntas jugaron
y, sin darse cuenta, se enamoraron.
Mas no era la época. ¡Qué indecencia!
Su amor escondieron, con miedo y paciencia.
Rodeadas de besos, juntas estudiaron
y al acabar, de maestras trabajaron.
Pero hay mentes que no entienden y que dañan
a dos ángeles que separaron con guadaña.
Sol burlaba la noche y cada mañana,
entre amor y sueños, despertaba con su amada.
Luna, con disimulo, vencía al día
en bici iba con Sol, con la que comía.
Sus cuerpos se abrazaban, frágil porcelana,
confundiéndose enlazados en la blanca cama.
Su amor fue tan grande que de nuevo fueron pilladas,
las familias las rechazaron y fueron separadas
por pueblos, caminos, rías y cerros
que no hacían más que avivar sus recuerdos.
Sol, loca enamorada, se vistió de Lorenzo
para pintar esta historia con otro lienzo
y dejando todo en busca de su amada
huyó con la lluvia en la madrugada.
Luna la agasajó con besos y un te quiero
presentando a su “novio“, un joven marinero
que con la identidad de su primo difunto se hizo,
un hombre extraño que no recibió bautizo.
Tanto esta historia conmovió al cura
que no dudó en casar a las criaturas.
Tras la boda, la gente vio la evidencia
y fueron culpadas pese a su inocencia.
Declaradas en busca y captura,
la pareja se dio a la fuga.
Escaparon, tras ser perseguidas,
en un barco encauzando sus vidas:
Hacia América pusieron rumbo, 
nadie supo de ellas en el Nuevo Mundo.



Antonio Maldonado Muñoz
@el_mal_donado





Textos de @Camarada_Andi


El local con cómodos asientos para leer alcoholizado
De vez en cuando enloquezco y robo literatura en bares. Lo típico rio rodeado de gente disimulando que en mi interior solo quiero callar. Conozco a un par o a varias o a una que pretenden cambiarme ahora o cuando las conozca. Un par que podrían conseguirlo, pero cada aúna que pasa a mi lado solo es un motivo más para pedir otra copa. Supongo que el camarero ya estará harto y suplicará por no tener que abrir otra botella esta noche para mí. De todas formas las paso como páginas a las copas y retengo cómo la mierda de entre los dedos de los pies a las que se proponen cambiarme cada noche. Supongo que eso será por lo que mis locales favoritos solo tienen caras conocidas, desde el dueño hasta el relaciones que me vendió la primera copa y cada vez que me ve piensa en la mierda de trabajo que tiene y en porque decidiría enseñarme aquel lugar. De todas formas paso páginas sentado al lado de la barra. Libros que robo en mi local, libros que quizá llevaba en mi riñonera y otros con nombres que indican que querrán amarme y aparecen con presentaciones en las cuales jamás me quedaré con sus nombres.
Que más dará copas, mujeres o libros si los tres me acaban ignorando.

Trigo y cebada
 Llegué allí como a las siete de la tarde. Todos sonrieron y me miraron sabiendo lo que había pasado pero callaron y siguieron sonriendo al ver que no había lágrimas en mis ojos.
Me senté. Deje la cartera con las llaves sobre la mesa y la mochila a un lado. La desconocida de al lado se quedó fija mirando la chapa que tenía la mochila “Amnistía a los presos” y un dibujo tenía la chapa. Todos me saludaron con la cabeza como diciendo “ya está aquí”. La desconocida de mi derecha me dio dos besos y me deleitó con el brillo de sus ojos mientras que el conocido de mi izquierda solo consiguió darme la mano. De repente preguntó alguien “¿Qué tal estas?”,  todos le miraron a ese ingenuo con cara de que has hecho mientras que yo me levantaba a por una cerveza. La abrí. Me deleite con su espuma y me supo amarga cómo cuando te rompen el corazón. Me levante y respondí: “¿Cómo crees que esta un nadie que lo tuvo todo y no le queda nada? Los nadie solo somos algo cuando alguien nos acompaña” todos empezaron a hablar por lo bajo,  debatiendo sobre el grado de mi locura. Me bebí el botellín de un trago cogí otro y mientras lo abría dije “Mira insensato esto has de hacer con una mujer ” cogí el abridor y mirándola lo abrí. “Ves, el abridor eres tú, ella la botella,  la chapa es el estereotipo de amor que te han vendido,  la espuma sus dudas y la cerveza su amargo corazón,  nunca compartas la cerveza, que nunca halla espuma más que en el primer trago, que la cerveza sea buen no por etiqueta sino por el trigo y la cebada” me miró y se río de mí.
Me reí, y dije: “insensato,  como se nota que jamás has amado” me bebí la cerveza de un trago y invite a la chica de al lado a una cerveza. Y a otra. Y a las que hiciese falta. Decía que la había impactado que fuese un hombre y sensible. Yo la dije que me impactaba que pensasen que un hombre no lo podía ser. Ella me dio su número. Yo la invite a una cerveza. Insistió en darme el número. Cogí el papelito,  le di la vuelta,  le pedí al camarero un bolígrafo y lo escribí con letra legible. La di el número,  la invite a otra cerveza y la dije antes de dar un trago” Serás tú la que me rompa el corazón a mí, es justo que me llames tú y yo finja no tener interés aunque desee que me digas hora, fecha y lugar para volver a vernos”.
Al poco rato me fui,  comprendí que mi misión ahí ya había terminado. Ya me había vuelto a enamorar,  una mujer que amé la cerveza cómo yo. Otro estereotipo a la mierda
.


En mi línea de perdiciones
Y aquí sigo
Con mis faltas de ortografía
Y mis carencias emocionales
Que más dará si la persiana esta medio bajada
Todavía veo las estrellas
Si la botella esta medio llena
Todavía la veo
A oscuras
Brillando con luz negra
Y que más darán las caderas
Cuando los pies retroceden
Cuando te digo:
Eres causa
Y efecto
Martirio
Y no te recuerdo
Ojalá te siga viendo
Entre literatura
Como en aquella primera cita
Que sin saberlo era
Ojalá haberte susurrado
solo recomiendo a Galeano si te amo

Distancias
Llámame cotilla
Me gusta conocer donde escondes los secretos en tu cuerpo
A veces me tropiezo con alguno
Siempre cuando voy ebrio
Así consigo tocar tus rayos
Abrazarte hasta abrasarme
Obviarte
Mirar desde la distancia
Recordarte en alguna fotografía
Forzar la tinta de este bolígrafo
Río de cloaca
Entiendo que si siento soledad no es solo tu lejanía
Agotado
Mañana veré el socialismo
Resistencia
Posiblemente pierda tus caderas
Mira el río, solo sigue la corriente
Única dirección, tampoco sé la distancia
En cambio el viento
Le sobrevuela y dirige
Todos huyen de él
Mírame huyendo sin saberlo
Tirado al lado del río
Mientras el viento me golpea
Y me dice que pelee por ti
Cuando tú con miradas me dices que te deje ir
En huelga de amor
Hace mucho que no escribo
Hace demasiado que no siento
Que no me miró al espejo
Que no sonrió a la cámara
Que no acarició una mirada con los labios
Que no permanezco en la espera de tu inmediatez
O que no amanezco con alguien leyéndome a Neruda
De hecho nunca me han leído
Siempre he sido yo lector
Estoy harto
Me declaró en huelga en esto del amor
Me niego a diseñar un plan para llegar a lo que hacen llamar corazón
Me declaró esquirol en esto del amor
Si me quieres ama a Neruda casi tanto como a Galeano
Complaceme cómo a Bukowski
Liberame cómo Marx
Transformame en en alguien a quien ames cómo Kafka.
Si me quieres porfavor leeme aquel recital sobre Los Nadies que hoy me siento Galeano.




'MOMENTOS INTRUSOS escrito por @SIRMOJARX



Intrusas son las noches de verano como ésta, la temperatura juega con
las ventanas, que se corren y las persianas, que suben. El ambiente
idóneo para retocar el pensamiento, a veces absurdo. Tiempo de juego
entre palabras y lápices de color. Tiempo de esa mirada por la ventana
observando el horizonte y gozar del ocioso baile armonioso de las
estrellas con la nubes. Oír esa ave nocturna que despierta a los
faltos de sueño y que reconcilia a los que murieron en sus sueños
antes de despertar a gritos. Solo quiero agradecerle a la vida por
estos momentos, que merecen mi pausa cuando la memoria se atranca y
que emergen cuando más lo necesito.






Diego Alzate: Confesiones de cafetería


Un cambio de melodía emitida por el piano y el bandoneón,  eso es lo necesario para cerrar los ojos y empezar a disfraz la melancolía con una sutil forma de alegría, una alegría falsa fabricada a la medida del soñador, es la única cura, todo termina en un mar de lágrima y de sonrisas ahogadas.
Cierro los ojos y suspiro, todo parece más ligero la percepción del tiempo desaparece, pudo haber pasado una hora o una eternidad y lo único que siento es la melodía poseerme mientras que hago parte de una baile del que no llevo el control, abro los ojos corro en la sabana, soy un guepardo, nada me detiene nada me obliga a correr lo hago para  sentir el viento en mi cara, para deshacerme de mi vida humana y empezar una nueva vida animal, pero dura poco, parpadeo ahora no sé qué soy, estoy en Paris , llueve y siento un aroma a café camino, no tengo rumbo, la melodía cambia, es más romántica y más cercana, siento al pianista a mi costado pero no lo veo, camino más, lo busco, veo parejas de enamorados disfrutando de la lluvia en sus rostros, lloro, nadie lo nota, todos lloran alguna vez en la vida, es tan común que cuando el alma llora nadie lo toma en serio, pronto mis lágrimas se confunden con la lluvia, parpadeo, ahora todo es negro, la melodía se detiene, tengo los ojos cerrados, no los quiero abrir, tener que enfrentarme a la inevitable melancolía que había abandonado hace pocas canciones.
Abro los ojos, allí está ella, bebe café a pequeños sorbos, me sonríe con naturalidad, me siento triste pero de alguna extraña manera ella me saca mil sonrisas, nunca hubo piano de bandoneón, era su voz, la bella melodía que me llevaba lejos de mi melancolía, su voz me hizo viajar a través de los más incongruentes lugares, puede que sea un hombre triste y melancólico algo flaco y solitario, pero cuando la escucho hablar a ella mis lágrimas se transforman en sonrisas y mi melancolía se disfraza de algo tan efímero y apasionante como el amor.