Tú, aparentemente tan segura por fuera, haciendo bandera de tu físico. Y sin embargo, tan vacía y falta de sueños por dentro.
Ella, más insegura, con un físico que en ocasiones no le hace toda la justicia que ella quisiera; pero con una mirada y una sonrisa tan limpias que es capaz de conquistar a cualquiera.
Tú, metro ochenta, mirada traviesa y figura perfecta; que se quedan en nada cuando abres la boca y lo estropeas con tus palabras.
Ella, metro setenta al que no llega, ojos negros chispeantes y una figura muy alejada de las mujeres de pasarela; pero con una simpatía y una dulzura capaces de hacerme perder la cabeza.
¿Y aún hoy te preguntas por qué la elegí a ella?
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