martes, 7 de julio de 2015

Dilo muy bajito, escrito por Relatos Impares.

Dilo muy bajito, ella se asusta enseguida. No intentes entender el porqué. Sus pasos te recuerdan a una bailarina, anda de puntillas y con una gracia que tumbaría cualquier tormenta. Siempre le has dicho que nada te da miedo. Pero, no seas orgulloso y dí que te da un miedo terrible asumir la realidad. Asumir una realidad que ella querría pintarte de facilidades y noches en vela, pero tú delasdudasinfinitas cierras los ojos intentando darle una vuelta al futuro. Nunca te sale bien. Y voy a explicarte el motivo:
Me han contado las sábanas de tu cama que das muchas vueltas en ella, pensando en la risa que curaría cualquier enfermedad, la risa que querrías escuchar cada mañana al despertar. Las paredes de tu cuarto tienen escarcha de todos los gritos ahogados que has lanzado, cuando el miedo te ha paralizado. Créeme que las redes sociales no sirven para que desesperes, porque ella prefiere vivir el momento y no preocuparse por quién leerá sus últimas actualizaciones. Y aunque les digas a tus amigos lo terriblemente enamorado que estás, sólo te dirán que te lances a la piscina y no cojas salvavidas, ella se encargará de recogerte cuando creas que todo está perdido.
Pero si te digo que se lo digas bajito, es porque ella también le tiene miedo a muchas cosas. Se ha arriesgado demasiadas veces, y pone de bandera la felicidad ante todo problema. Los dedos de sus pies ya le duelen de tanto caminar de puntillas, de tanto andarse con ojo por las posibles piedras que se le cruzarán en el camino, y las suelas de sus zapatos ya no hacen ruido porque prefiere levitar y ver las cosas desde la distancia. Jamás ha entendido como las personas, pueden hacer tantísimo daño. Ella nunca quiere eso para los demás, y sin embargo parece que la vida la ha puesto la primera de la fila.
Y sin duda alguna, si tengo que decir algo más que le dé miedo eso es la soledad. Porque en su momento, se sintió llena de luz y ahora que esa luz se ha desvanecido parece que el mundo le viene un poco grande.
No dudo que seas la persona indicada, ni siquiera te conozco, pero díselo muy bajito porque me han dicho que si los miedos se juntan pueden ser aún mayores. Y ella no quiere volver a tener que asomarse debajo de la cama para luchar contra monstruos inexistentes. Ella prefiere tenderte la mano, y combatir cualquier tornado que quiera volatilizar la realidad.
No te lo he dicho pero piensa luchar hasta el final, porque si le dan motivos y no la tratan de idiota, será la primera que arriesgará sus noches de dormir para escuchar tu risa nada más despertarse.

Creo que lo que le da verdadero miedo, eres tú. Y eso amigo mío, ya es un paso para que tu dejes sin hinchar el salvavidas.

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