Dilo muy bajito, ella se asusta enseguida. No intentes entender
el porqué. Sus pasos te recuerdan a una bailarina, anda de puntillas y con una
gracia que tumbaría cualquier tormenta. Siempre le has dicho que nada te da miedo.
Pero, no seas orgulloso y dí que te da un miedo terrible asumir la realidad.
Asumir una realidad que ella querría pintarte de facilidades y noches en vela,
pero tú delasdudasinfinitas cierras los ojos intentando
darle una vuelta al futuro. Nunca te sale bien. Y voy a explicarte el motivo:
Me han contado las
sábanas de tu cama que das muchas vueltas en ella, pensando en la risa que
curaría cualquier enfermedad, la risa que querrías escuchar cada mañana al
despertar. Las paredes de tu cuarto tienen escarcha de todos los gritos
ahogados que has lanzado, cuando el miedo te ha paralizado. Créeme que las
redes sociales no sirven para que desesperes, porque ella prefiere vivir el
momento y no preocuparse por quién leerá sus últimas actualizaciones. Y aunque les
digas a tus amigos lo terriblemente enamorado que estás, sólo te dirán que te
lances a la piscina y no cojas salvavidas, ella se encargará de recogerte
cuando creas que todo está perdido.
Pero si te digo que se lo
digas bajito, es porque ella también le tiene miedo a muchas cosas. Se ha
arriesgado demasiadas veces, y pone de bandera la felicidad ante todo problema.
Los dedos de sus pies ya le duelen de tanto caminar de puntillas, de tanto
andarse con ojo por las posibles piedras que se le cruzarán en el camino, y las
suelas de sus zapatos ya no hacen ruido porque prefiere levitar y ver las cosas
desde la distancia. Jamás ha entendido como las personas, pueden hacer
tantísimo daño. Ella nunca quiere eso para los demás, y sin embargo parece que
la vida la ha puesto la primera de la fila.
Y sin duda alguna, si
tengo que decir algo más que le dé miedo eso es la soledad. Porque en su
momento, se sintió llena de luz y ahora que esa luz se ha desvanecido parece
que el mundo le viene un poco grande.
No dudo que seas la
persona indicada, ni siquiera te conozco, pero díselo muy bajito porque me han
dicho que si los miedos se juntan pueden ser aún mayores. Y ella no quiere
volver a tener que asomarse debajo de la cama para luchar contra monstruos
inexistentes. Ella prefiere tenderte la mano, y combatir cualquier tornado que
quiera volatilizar la realidad.
No te lo he dicho pero
piensa luchar hasta el final, porque si le dan motivos y no la tratan de
idiota, será la primera que arriesgará sus noches de dormir para escuchar tu
risa nada más despertarse.
Creo que lo que le da verdadero miedo, eres tú. Y eso amigo mío,
ya es un paso para que tu dejes sin hinchar el salvavidas.
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