lunes, 14 de marzo de 2016

Frío.

Tiritan apenumbrados ojos
entre una interminable bruma,
mientras mi alma como espuma
arrastra, volátil, los despojos
de un ser humano inexistente,
ya que no sabe si es,
si vive,
si siente.
La noche destiñe lágrimas de luna
y las convierte en mar.
Las olas bañan de rocío
el vértigo del sol al despertar.
Y el día pasa,
la noche pasa,
la vida pasa.
La vida es aterciopelada arena
que se escapa entre mis dedos
y llena un reloj
que intenta engañar al tiempo
y cuenta más rápido si estoy junto a ti.
Los jinetes de lo eterno
cabalgan sobre la línea del horizonte
que tan ínfima e infinita,
encierra la melancolía
de este mi poema,
de este mi amar.

Elartedelaarteria.blogspot.com.es

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