viernes, 11 de marzo de 2016

Recuerdos en los bolsillos

Él
busca esa mirada
con sus estúpidos aullidos de reojo.
Intenta sangrar, pero apenas siente dolor,
más que el que lleva en el bolsillo.
Llenaba sus bolsillos de recuerdos
y de amores que le llevaron 
al suicidio literario.

Su canción,
jamás quería volverla a escuchar,
no quería recordar 
a la musa,
a la dueña 
de su arte,
ese que le hacía sentir
tan libre y tan especial.

Vuelven las caidas de imperios,
sin que a él le importen una mierda;
la muerte de su alrededor
no es más que inexactitudes,
subyugadas a los pecados inentendidos
por el resto de personas,
maltrechas por sus corazones de cristal,
rotos en millones de pedazos;
la vida es tan solo
la efímera preocupación de existir
eternamente,
aunque solo sea en un pequeño recuerdo.

Para él,
eso es lo que ella era ahora,
un pequeño recuerdo
guardado en el bolsillo de atrás,
como una mota de polvo,
que solo le queda volar
tan lejos como pueda,
pero perdurando en ese recuerdo
tan eterna como la muerte
tan efimera como la vida,
tan grande como un imperio,
tan destruida como las ciudades caidas,
tan hermosa como la sentía
entre sus brazos.

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