jueves, 17 de marzo de 2016

Solías, solíamos y solemos.

Solías decirme que vivir al límite debía ser mi norte… Intuí que ese era tu mantra, me equivoqué, como con todo lo demás acerca de ti.
Solías pedirme que confiara en ti… Intuí que tú hacías aquello conmigo, me equivoqué, como con todo lo demás acerca de ti.
Solías cantarme como promesa de un para siempre… Intuí que conocías cuánto tiempo necesitaba eso, me equivoqué, como con todo lo demás acerca de ti.
Solías pedirme que me quedara… Intuí que me necesitabas, me equivoqué, como con todo lo demás acerca de ti.
Solías darme abrigo como el sol… Intuí que querías cuidarme, me equivoqué, como con todo lo demás acerca de ti.
Solíamos ver las estrellas como nuestro lugar en el mundo… Intuí que eso era algo único, me equivoqué, como con todo lo demás acerca de ti.
Solíamos buscar nuestro destino en las nubes… Intuí que no compartirías eso jamás, me equivoqué, como con todo lo demás acerca de ti.
Solíamos quedarnos dormidos en el sofá… Intuí que así sería toda la vida, me equivoqué, como con todo lo demás acerca de ti.
Solíamos jugar cartas de la forma más lasciva posible… Intuí que era tu pasatiempo favorito, me equivoqué, como con todo lo demás acerca de ti.
Solíamos creer que el amor da libertad… Intuí que podrías compartir esa libertad conmigo, me equivoqué, como con todo lo demás acerca de ti.
Ahora solemos ir por la vida, con un vació interior, reconociendo que nos faltamos mutuamente, pero siendo los suficientemente cobardes para no hacer nada al respecto.
Guardo la lluvia como promesa de aquello que solías, solíamos y solemos hacer.

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